Parpadeos
que encadenan
Por Mariano Vespa // marianovespa@gmail.com
En
la atmósfera, de Daniel Moyano.
Editorial El Mensú, 2012.
Ilustraciones: Emanuel Falconi.
La cuestión del exilio siempre estuvo presente en la obra de Daniel
Moyano. Existir o resistir parece ser un imperante cíclico. El 25 de marzo de
1976, un día después del golpe militar, Moyano fue encarcelado. A las pocas
semanas se exilió en España, donde residió hasta su muerte. En una entrevista,
el autor de El vuelo del tigre señaló: “He regresado a Buenos Aires, como muchos, pero me doy cuenta
de que no regreso, aunque regrese. Lo que dejé ya no existe, los hilos están
cortados.” Hace poco, el sello cordobés El mensú reeditó la nouvelle En
la atmósfera, telón de fondo para repensar experiencias de
destierro territorial y emocional.
El protagonista de En la Atmósfera es un preadolescente que arma cajas y mata moscas en una confitería de
las sierras cordobesas. La monotonía de la vida comercial se refleja en
innumerables espejos. Así lo vive el joven: “cada día cruzaba el puente
mientras amanecía, y todo permanecía allí, como siempre en su ferocidad”. Pasa
el verano y todo sigue igual. El esquema no se modifica: las empleadas acomodan
los postres, la encargada aguarda la visita de su novio y el dueño controla, exige y reprime. El trabajo
conmina el goce, lo silencia. En la atmósfera, no hay lugar para el sueño.
Desde la trinchera del sótano, el joven puede ver las piernas de las clientas.
Allí experimenta las primeras sensaciones
de placer y resignación.
En
la atmósfera, escrita entre 1984 y 1988, abre con la frase
“La vida es el susto de un sueño” de Macedonio Fernández. El cambio de voz
narrativa sobre el final de la novela lo confirma. El protagonista, ya en su
vejez, se pregunta en Madrid, si realmente es posible salir de la atmósfera. La
soledad del exilio es la soledad del niño que aparece a la pubertad, dice Pablo
Heredia en el prólogo de esta reedición. Los recuerdos son choncacos,
sanguijuelas que se pegan en las piernas y
adormecen la piel. Sueños, espejos, laberintos. De eso se trata. Las
referencias borgeanas son ineludibles. El joven da vueltas en el “jardín
amurallado”. Los sótanos se bifurcan. Cualquier lugar es a la vez otro
lugar. La atmósfera es la infancia, el desamor,
el exilio, la soledad, el contexto. Nos atrapa, nos envuelve y nos convierte.
//
Revista
TÓNICA Nº6, Buenos Aires, noviembre de 2012
Bajá la revista completa en: http://www.elcec.com.ar/tonica
¡¡¡¡Muchas gracias TÓNICA!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejanos tu comentario y (previa aprobación) aparecerá en este blog. Muchas gracias.